Marja Salomea Skłodowska Curie nace hace 144 años en Varsovia. Una mujer incansable en sus investigaciones científicas que le valieron 2 premios Nobel y ser la primera mujer en ser profesora en la Universidad de París. A los 24 años llega a Francia desde su Polonia natal para continuar sus estudios y adopta el nombre de Marie Curie. Se matricula en el curso de ciencias de la Sorbona, dos años después se licencia en Física y un año más tarde en Matemáticas. Con 34 años está doctorada en ciencias en esa misma universidad. En 1903 recibe el Premio Nobel de Física “en reconocimiento de los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubierta por Henri Becquerel”. Fue la primera mujer que obtuvo tal galardón. En 1911 recibe el Premio Nobel en Química “en reconocimiento de sus servicios en el avance de la Química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, el aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y compuestos de este elemento”. No patentó el proceso de aislamiento del radio, dejándolo abierto a la investigación de toda la comunidad científica.

En una entrevista que concedió a una periodista norteamericana, ésta Preguntó a Marie cuál era su mayor deseo en la vida. Ella contestó: – Desearía tener una muestra de radio para poder continuar mis investigaciones.

 A lo largo de la historia muchas mujeres han ganado este importante galardón. Quería comentar 2 mujeres italianas que lo han ganado: En 1926, Grazia Deledda gana el Nobel de Literatura por sus escritos idealistas y de gran claridad plástica y por tratar los problemas de la humanidad con simpatía y perspicacia. En 1986, Rita Levi-Montalcini gana el de Medicina por el descubrimiento de los factores de crecimiento.

 Ahora voy a hablar de otras mujeres italianas: las que forman parte del campo semántico del “velinismo”. Un fenómeno alejado del Nobel: Mujer que triunfa por su cuerpo retocado quirúrgicamente, que habla poco y lo poco que dice no tiene sentido, ingenua y con poca personalidad. En el video “Il corpo delle donne” de Lorella Zanardo y Marco Malfi Chindemi se nos plantea la visión de unas mujeres muy diferentes a las anteriores. Este documental denuncia la representación distorsionada de la mujer en la televisión italiana. Las mujeres “reales” están desapareciendo de la televisión y son reemplazadas por una “representación grotesca, vulgar y humillante”, que tiene como resultado la absoluta anulación de la identidad de las mujeres.

Aviso: Son 24 minutos de reflexión que vale la pena invertir. Los minutos finales son uno de los espectáculos (¿por qué esta plabra termina en culo?) más humillantes que he visto en la televisión.

La presencia de la mujer en la televisión es una presencia de cantidad, raramente de calidad. La mujer está reducida y se reduce a ser un objeto sexual, ocupada en una lucha contra el tiempo que la obliga a deformaciones monstruosas. Es como si la mujer no pudiera mirarse más al espejo, no pudiera aceptarse a si misma, aceptarse su cara tal y como es. No se permite la autenticidad. Las mujeres se critican ferozmente entre ellas, son castigadas a ducharse para el alivio ocular de los hombres, compiten con el tamaño del pecho…

Estamos tan acostumbradas a vernos a través de los ojos de los hombres que ya no sabemos reconocer qué queremos realmente y qué nos hace felices. Las mujeres nos miramos las unas a las otras con ojos masculinos. Miramos nuestros senos, nuestras bocas, nuestras arrugas como pensamos que un hombre nos miraría… El modelo corriente de belleza no nos representa y es como mínimo curioso que la publicidad utilice imágenes con referencias sexuales atractivas para los hombres, pero con la finalidad de atraer un público femenino.

Cuanto menos ropa lleva la chica, más tiempo se permanece en el canal. Parece una buena estrategia. La cultura está derivada hacia la estética del club de striptease. Las cámaras hacen planos de cine porno pero se trata de televisión pública. Sara Tommasi, concursante de la isla de los famosos dijo: “Después de 4 años de estudios en la universidad, fui la directora de una gran empresa. Hoy el producto soy yo, un producto que vendo en el mercado del mundo del espectáculo”.

Existe un programa (Libero) en el que una chica permanece en una mesa de cristal como un animalito, a la que alimentan por un agujero y tiene algo de aire para respirar, pero ella, valiente como es hasta sonríe.

¿No hay ninguna mujer que proponga una alternativa a la dictadura de los cuerpos perfectos? Para dar las noticias o anunciar cualquier producto aparecen de 2 a 8 mujeres florero que no hacen nada más que relucir. ¿Qué sienten al otro lado de la pantalla las mujeres y hombres italianos?, ¿No les hiere lo que ven?, ¿No sienten vergüenza?, ¿Por qué un presentador insulta a las chicas, incluso a las del público y ellas no le contestan?, ¿Y porque la gente del público se ríe en lugar de montar un escándalo de indignación?, ¿Quién está realmente más enjaulada/o?

La mujer está humillada, manoseada, menospreciada… entra así en juego la supervivencia de la identidad femenina. Y todas se parecen, todas tienen caras parecidas, caras guapas, sin defectos, sin impurezas o asimetrías… En nuestra cara la mayoría de músculos sirven para expresar nuestras emociones… cuanto más articulado y complejo es el carácter (esencia), más individual es la expresión de nuestra cara. ¿Qué ocultan esas caras operadas?, ¿Por qué no quieren mostrar su cara de verdad? El paso de los años se ha convertido en una vergüenza pública.

Anna Magnani decía al maquillador que antes del rodaje quería cubrir sus arrugas: “Déjemelas todas, no me quite ni una, he tardado una vida para procurármelas.” La cara expresa autenticidad. La cara lleva un mensaje consigo: vulnerabilidad absoluta, por eso la camuflamos, la escondemos, decoramos, y operamos. Mirarla al natural es mirar la fragilidad. ¿Vence la fragilidad o la ferocidad? Mientras envejezco yo revelo mi carácter. La cara me la creo yo misma.

Una última pregunta: ¿Cuál es tu mayor deseo en la vida?