Anuradha Koirala es una gran mujer nepalí a quien su trabajo le ha valido merecidos reconocimientos, por ejemplo el UNIFEM 2007 en Alemania, la medalla de plata Reina Sofía en España, el Peace Abbey, Courage of Conscience Sherborne, en Estados Unidos, el Shining World Compassion Award por su contribución heroica para crear un mundo más justo y libre de explotación.
Dedica su vida a la lucha contra la explotación de mujeres y niñas en su país devolviéndolas su dignidad y liderazgo. En 1993 fundó Maiti Nepal, una ONG que ha ayudado a 12.000 niñas y mujeres obligadas a ejercer la prostitución y víctimas de numerosos malostratos. Dada la pobreza de las zonas más rurales las familias venden a sus hijas pensando que les espera un futuro mejor pero son llevadas a prostíbulos donde deben satisfacer las necesidades de los clientes.
Anuradha, una superviviente de extraordinario coraje de esa misma situación fundó la ONG para atender médica, legal y psicológicamente a estas mujeres y niñas que además sufren el estigma del embarazo y/o el VIH. Lo hace gratuitamente e insta a otras mujeres a patrullar en búsqueda de compañeras en la misma situación para ser rescatadas. En Maiti Nepal tienen un refugio, y así consiguen rescatar de los prostíbulos unas cuatro mujeres o niñas por día.
Su labor es ardua y muchas veces peligrosa, la oficina de la ONG ha sido destruida dos veces, pero su personal no se rinde y llega al seno de las familias donde educan acerca del tráfico de personas y se embarcan en luchas legales contra los implicados en la trata.
Parece que ese tema nos queda muy lejos, pero en realidad está a la vuelta de la esquina. Está en el Gòtic o en el Raval, o en anuncios como este… y la complejidad de la cuestión es abrumadora.
Resumiendo las savias palabras de Juanjo Compairé, presidente d’Homes Igualitaris me gustaría reflexionar sobre la prostitución. La asociación que preside está federada a nivel estatal con AHIGE (Associació d’homes per la igualtat de gènere) e impulsa un mensaje claro y positivo: “Los hombres salen ganando con el cambio, con la igualdad, porque el machismo también les ha hecho y les hace daño”. Denuncian este negocio, reclaman más lucha y soporte para las víctimas, pero sobretodo insisten en la revisión de la sexualidad masculina porque los hombres hablan mucho de sexo, pero poco de sexualidad.
Lee el manifiesto y accede a toda la información de la asociación en: http://www.homesigualitaris.cat/home/
Cuando se habla del tema de la prostitución siempre aparece el concepto de “necesidades fisiológicas” lo cual sería equiparar al hombre a una máquina que tiene que descargarse por una impulsividad primaria que no puede controlar, es decir al hombre lo controlan sus testículos. Pero esta incapacidad de dominar los impulsos sexuales responde a una construcción de la sexualidad masculina como intrusiva y dominante. Por tanto puede modificarse.
¿Cómo pasar pues de esta “descarga” a una comunicación placentera entre dos personas? El primer concepto es algo mecánico tipo líquido-recipiente. El segundo concepto va ligado al diálogo, al placer, al intercambio.
Esta supuesta falta de control masculino justifica violaciones, la prostitución o la necesidad de la pornografía porque responde a la relación entre la sexualidad y el ejercicio del poder manifestado a través del dinero. En esta relación no hay espacio para compadecerse de la otra persona, de empatizar, de sentir su sufrimiento. Es una “falo-mirada” donde la otra persona no existe sino es porque la vas a penetrar.
La buena noticia es que es posible una nueva masculinidad, una realmente igualitaria donde no se ve al otro/a como objeto, sino como sujeto, donde no solo se “penetra” sino que se “acoge”, porque es un intercambio, no una acción unidireccional. Esta deconstrucción de virilidades medidas por la cantidad de esperma eyaculado será el auténtico antídoto contra la prostitución ymuchas más cosas.
Así que reguemos otras protuberancias.
Sempre, no recordo des de quan però des de molt jove, m’ha semblat inacceptable que es consideri que els homes tenim unes necessitats fisiològiques que si no podem reprimir se’ns han de perdonar. Com qualsevol altra discriminació negativa envers les dones, no entenc quina és la justificació d’aquesta acceptació, tant per parts dels interessats (digue’ls ximples) com de les afectades.
Aquí cadascú sap si vol (perquè de poder, es pot) reprimir les seves “necessitats” o no, independentment del sexe que tingui. O així és com penso que s’hauria de veure.
Pel que fa al primer tema, seria una causa per la qual em convertiria de bon gust en assassí selectiu, no ho dic de broma.
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Hola Moroboshi 🙂
Sí, és inacceptable això de perdonar el no poder reprimir les necessitats i fer mal a una persona que no desitja satisfer cap necessitat. És un tema complex i no crec que la sol·lució passi per assassinar ningú, però calen respostes d’arrel que evitin que creixin aquest tipus de situacions doloroses i desiguals.
Fins que l’home no entengui tot el que guanya amb la igualtat i el respecte serà molt difícil canviar les coses, i el mateix per la dona que ha de reclamar aquest respecte…
Petons!
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