Operación Burkini

En Arabia Saudí las mujeres deben vestirse con la abaya, una túnica negra que cubre todo su cuerpo. No pueden votar, conducir, comer solas en un restaurante, caminar solas por la calle, ni viajar sin el consentimiento escrito de un familiar varón (por citar sólo algunas). Cada mujer tiene un tutor: si está casada, esta función corresponde al marido; si no lo está, puede serlo el padre, un hermano o, incluso, un hijo menor de edad. Este debe dar su autorización para que la mujer pueda trabajar o viajar. Aunque más de la mitad de las personas licenciadas son mujeres, sólo el 5 % de ellas trabaja fuera de casa, la mayoría en el campo de la educación. En la mayor universidad pública de Arabia Saudita, las estudiantes asisten a clases en viejos edificios con bibliotecas mediocres. Sólo se les permite utilizar la biblioteca principal de las facultades en las que estudian los hombres un día a la semana, desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Se incentiva a la mayoría de las mujeres a convertirse en maestras. Disciplinas como ingeniería, arquitectura y ciencias políticas están prohibidas.

Arabia Saudita se aferra a una interpretación ultraconservadora del Islam, por la cual es el único país del mundo que prohíbe a las mujeres conducir un automóvil. Pero a través de las redes sociales las mujeres han desafiado la prohibición de conducir bajo la campaña “Women 2 Drive” arriesgándose a multas y a la cárcel. A diferencia de la campaña de los años 90 donde hubo una detención masiva, se ha propuesto rebelarse a título individual. Manal Al-Sharif ha sido una de las instigadoras a la que le ha costado 2 semanas de cárcel.

Las mujeres no somos ciudadanas de segunda clase. No permitirnos conducir es una violación de nuestra libertad y una incapacitación de nuestros movimientos vitales. Ahora resultará que cuando se escribieron los edictos religiosos (fatwa) había coches…

Por otro lado, a partir de ahora sólo las mujeres podrán atender en tiendas de ropa interior y productos femeninos. La medida no ha sido nada fácil de instaurar porque no gusta a los clérigos saudíes por ir en contra de los fatuas (decretos musulmanes) Miedo y recelo ante la la creación de más de 5.000 puestos laborales para las mujeres saudíes. Pero respiran más tranquilos porque ahora ya no tendrán que temer que su mujer compre su ropa íntima a un total desconocido.

Esto podría darse en una tienda de ropa interior en Arabia Saudí:

  • Una mujer le dice a otra: ¿Estás haciendo la operación bikini?
  • La otra responde. Sí, la operación bikini, pizza, frankfurt…

Era un chiste. Y lo que viene a continuación también me lo parece, pero no hace gracia.

Las ventas del Burkini, una mezcla entre el Biquini y el Burka aumentan considerablemente cada verano en los países musulmanes. Es la prenda ideal según las mujeres para protegerse del sol o para ocultar el sobrepeso (WTF?) pero para los académicos islámicos no es una buena opción ya que al salir del agua, como la prenda se pega al cuerpo, despierta en el hombre el deseo sexual. Pues digo yo que se vayan a hacer pajillas, ¿no?

La opción que les queda a las mujeres para no ser desnudadas con la mirada es ir muy temprano a la playa para evitar a los hombres o ir trozos de arena reservados para ellas.

La operación Burkini es la que sigue tratando a la mujer como un objeto y al hombre como un vicioso que mira siempre a las mujeres y no puede controlar su erección…

La mujer no puede conducir y mira, ahora resulta que podrá empezar a vender ropa interior… Claro, será para vender más Burkinis. A la mierda esas leyes.

2 thoughts on “Operación Burkini

  1. M’ha vingut al cap una imatge que vaig veure fa temps de dues dones àrabs a la platja, una en bikini i l’altra tapada de dalt a baix, que anaven juntes.

    Aràbia Saudita té una imatge de modernitat i de riquesa, i és cert, però això de la dona no s’entén i roça el ridícul. Per què no foten un cop d’estat, que no són poques? Una revolució de debò…

    M'agrada

    • Sí, una bona revolució, però ja veus… per conduir et toquen dues setmanes a la presó… Imagina’t per treure’t la roba i portar un pantalons curts… directament no ho expliques… és molt injust i diu molt poc dels homes això…

      M'agrada

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