Existen muchas mujeres invisibles. A veces nosotras mismas nos invisibilizamos. El arte de educar, que poseemos como don innato, queda diluido en esta sociedad de roles de conveniencia poco semejantes a la verdad.
Friedl Dicker nació en 1898 en el seno de una familia judía, en Viena, Austria. A los 17 años comenzó su entrenamiento artístico formal bajo el pintor Franz Czek y posteriormente en la revolucionaria escuela de arte y diseño de Weimar, donde estudió bajo el acompañamiento de Paul Klee. Muchos creen que, de no haber sido cortada tan trágicamente su vida por el Holocausto, Friedl se habría convertido en una de las grandes artistas del siglo XX.
En 1942, Friedl, quien ya había experimentado el éxito como artista y diseñadora, estaba ahora luchando por ganarse la vida en un continente que se estaba haciendo cada vez más hostil con las personas judías. Ella y su esposo fueron apresados en Terezin, un campo de concentración en las afueras de Praga, diseñado como un lugar para albergar a los judíos antes de enviarlos finalmente a su muerte en campos tales como el de Auschwitz. Entre 1941 y 1945, unos 140.000 judíos fueron apresados en esta “sala de espera” del infierno, como llegó a ser conocida. Esta cantidad incluía a 15.000 niños/as, de los cuales sólo 100 sobrevivieron.
Friedl llevó consigo a Terezin tantas provisiones de arte como pudo. Durante toda su permanencia en el campo, dedicó su tiempo y energía para enseñar arte clandestinamente a los/as niños/as llevadas allí, utilizando métodos que se han convertido en la base de la arte-terapia. Friedl les ayudó a expresar sus temores y desafíos y a crear esperanzas.
Antes de su deportación a Auschwitz, en octubre de 1944, Friedl guardó unos 5.000 dibujos de sus estudiantes en dos maletas y los escondió. Estos permanecieron sin ser descubiertos durante los siguientes 10 años.
Por otro lado, Sakena Yakoobi durante los años más fuertes del régimen talibán en Afganistán, que prohibía la educación de las mujeres, esta doctora consiguió mantener una red de 80 escuelas clandestinas para 3.800 niñas. Sólo 1 fue descubierta por los talibanes, aunque no encontraron nada.
“No fue nada fácil y era arriesgado. Negociaba con la gente para que me cediera casas y protegiera las escuelas y a las alumnas”
De manera paralela, Sakena había creado no solo escuelas sino incluso una universidad para mujeres y programas de alfabetización de adultos en los campos de refugiados afganos que existían en la vecina Pakistán. Y después de la caída del régimen talibán, llevó su ímpetu educativo a una escala sin precedentes en su país. El Instituto Afgano de Aprendizaje hoy en día educa a 350.000 niñas y mujeres en todo Afganistán, y ha formado a 13.000 profesores. En total se han beneficiado más de siete millones de personas.
Desde la guerra, las mujeres afganas han sufrido abusos, sus derechos les han sido arrebatados. Así que les da a conocer sus derechos para que los defiendan. Algunas mujeres se han visto obligadas a casarse muy jóvenes porque no son conscientes de que pueden elegir con quién casarse. Durante la época de los talibanes, esta labor de enseñar a las mujeres a escribir, leer y defender sus derechos se realizó en escuelas clandestinas que ofrecían todos los cursos de educación básica.
Frente a las afirmaciones de que en Afganistán hay una democracia, Sakena Yacoobi se muestra muy crítica: “¿Cómo puede ser una nación democrática si el pueblo de esta nación no sabe leer ni escribir? ¿Cómo puedes implementar una democracia si la gente no conoce sus derechos? No podemos hablar sólo de democracia, tenemos que preparar a la gente para ella”.
Hay mujeres a las que no se puede invisibilizar.
Ara sí que poden estudiar a la universitat lliurement, les dones, a l’Afganistan, oi? De tota manera, no em vull repetir però continuo sense entendre quins raonaments duen molts homes a la discriminació negativa de les dones. No només són igual de vàlides per als estudis i les feines (en tot cas ho poden ser més o menys però depèn de la persona i no del sexe), sinó que tots els homes hem sortit d’una dona i sense elles la llavor masculina (igualment necessària, no ens n’oblidem, que també hi ha feminazis pel món) no arribaria enlloc.
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Hola Toni i best fan of my blog 🙂
El que manca és igualtat. Encara hi ha dones que cobren menys fent la mateixa feina que un home. I que el teu sou depengui dels teus genitals em sembla incorrecte. L’altre dia parlava amb un home que deia que tenia 3 fills. 2 homes i una dona. Els 2 nois treballen, la noia estudia a la Universitat. Els 3 arriben molt cansats a casa, però ell es que queixava que ella no ajudava a casa. Els nois tampoc ho feien, però ell només parlava de la noia. Serà que estudiar és menys important que treballar? I també parlava amb un altre que dia que la dona podia treballar de neteja, però en zones baixes del terra, que millor que a una escala s’hi pugés un home… Aix…
Si les dones netegem tan bé que ens deixin netejar el món. Jo faria en faria una de bona!
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M’apunto a la neteja de gent. Sempre ha estat una de les meves vocacions frustrades, la de justicier assassí selectiu. XD
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… i l’assassinat és justícia?
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